LA HABANA – Cuba está considerando medidas para atraer inversión extranjera mediante la creación de un entorno empresarial “más simple, más ágil y más transparente”, dijo un ministro el martes, mientras la nación insular enfrenta una grave crisis económica.

El ministro de Inversiones Extranjeras, Oscar Pérez-Oliva Fraga, dijo en un foro en las afueras de La Habana que el gobierno comunista permitiría a los inversores operar y pagar a los empleados en dólares, contratarlos directamente y comprar bienes raíces.

Las empresas extranjeras podrán importar su propio combustible si es necesario y se reducirán los trámites burocráticos y los tiempos de espera para las aprobaciones gubernamentales, dijo el ministro.

Las medidas, si se convierten en ley y se implementan, marcarían un alejamiento continuo de un sistema de inversión estrictamente controlado inspirado en la economía dirigida de la Unión Soviética. Cuba dice que 376 empresas extranjeras de 40 países operan en la isla.

Los controles pesados ​​y burocráticos, incluido el requisito de trabajar en el peso local, las restricciones a la repatriación de ganancias y la contratación gubernamental de trabajadores, han desanimado a los inversores durante mucho tiempo.

Horas de apagones diarios, una epidemia de virus transmitidos por mosquitos y la caída del peso -junto con un éxodo sin precedentes de residentes en edad de trabajar fuera de la isla- empañaron aún más el clima de inversión.

Pérez-Oliva Fraga dijo que Cuba aprobó 32 nuevos negocios por valor de 2.100 millones de dólares este año, aunque no estaba claro cuánto de ese capital se invirtió.

“Antes de iniciar cualquier relación comercial, debemos ser objetivos para asegurar que la propuesta esté alineada con los objetivos de desarrollo del país”, afirmó.

Cuba anunció medidas similares para estimular los negocios extranjeros en 2014, cuando las relaciones con Estados Unidos se mejoraron bajo el entonces presidente Barack Obama, lo que provocó una era de crecimiento de la inversión.

Las perspectivas actuales son menos optimistas.

La segunda administración Trump endureció las sanciones, volvió a colocar a Cuba en una lista de estados patrocinadores del terrorismo, endureció las reglas de remesas y puso fin a un programa de inmigración de la era Biden.

Bajo el ex líder Fidel Castro, la inversión extranjera se consideraba una necesidad desafortunada. Hoy en día, se considera una parte integral del plan de desarrollo del país. Reuters

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