
Ayer Raquel Reeves le dio’presupuesto “calle de beneficios”, una medida que supondrá una redada fiscal de 30.000 millones de libras esterlinas a los británicos trabajadores, un plan que se filtró vergonzosamente antes de que ella tuviera siquiera la oportunidad de pararse en la casilla de despacho.
Hablamos con los británicos para ver cómo se sentían acerca de lo que propuso el Canciller y si los cambios estaban justificados.
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