Indonesia está preparada para racionalizar las medidas para atraer más inversores y bancos extranjeros a proyectos de reducción de emisiones, y un próximo libro blanco detalla los pasos para atraer el capital privado necesario para cumplir sus objetivos climáticos.

Las autoridades indonesias han finalizado el marco de gobernanza y el plan de implementación de una nueva agencia que alineará el fragmentado marco regulatorio y las políticas del país, según una copia del documento a la que tuvo acceso Bloomberg News. El Comité de Finanzas Sostenibles probablemente tendrá unos 20 miembros, incluidos altos funcionarios del Ministerio de Finanzas, la Autoridad de Servicios Financieros y el Banco de Indonesia.

El comité, que será supervisado por el Ministerio de Finanzas como coordinador, se convirtió en ley en 2023. Se espera que su composición finalice en el primer trimestre de 2026 y tendrá una secretaría y grupos de trabajo temáticos para implementar su mandato.

La organización tiene como objetivo ayudar a los inversores a comprender mejor las regulaciones, los incentivos sectoriales, los proyectos en cartera y los instrumentos de eliminación de riesgos en “un mercado enorme y bastante apto para invertir”, dijo Simon Horner, director gerente de asuntos externos del Green Finance Institute, una firma de asesoramiento que trabaja con funcionarios indonesios en la plataforma.

Los inversores nos dicen que “necesitan instituciones más fuertes, más creíbles y más transparentes para comprometer capital en el mercado indonesio”, añadió. “No siempre entienden cómo funciona el sistema político, el papel de las agencias nacionales de financiación del desarrollo, la participación de los bancos estatales en las transacciones”, afirmó.

El último plan climático de Indonesia, conocido como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), presentado ante las Naciones Unidas en octubre, proyecta que las emisiones alcanzarán su punto máximo en 2030 en dos escenarios clave de crecimiento económico.

Al igual que otras economías emergentes, el país del sudeste asiático tiene un espacio fiscal limitado para gastar en medidas climáticas y está luchando por atraer capital de los mercados desarrollados. En su NDC, Indonesia dijo que necesitaba invertir al menos 472.600 millones de dólares (613.000 millones de dólares singapurenses) para alcanzar sus objetivos climáticos.

Entre 2018 y 2023, el gobierno gastó 702,9 billones de rupias (55.000 millones de dólares singapurenses) en iniciativas relacionadas con el clima, según el Ministerio de Finanzas.

La Asociación para una Transición Energética Justa (JETP), una promesa de 20 mil millones de dólares por parte de los países ricos para ayudar a eliminar gradualmente las plantas de carbón y promover la energía limpia, ha generado hasta ahora casi 3 mil millones de dólares en financiamiento aprobado y cuatro proyectos apoyados, según cifras mostradas en su sitio web oficial. Estados Unidos se retiró del JETP en marzo.

El presidente indonesio, Prabowo Subianto, se ha fijado el objetivo de hacer una transición total del país dependiente del carbón hacia la energía renovable para 2035. El gobierno ha destacado seis sectores, incluidos los alimentos, el agua, la energía y la salud, como “prioridades nacionales de adaptación”, ya que la economía de 1,4 billones de dólares enfrenta mayores riesgos por cambios en las precipitaciones extremas, sequías y olas de calor. Bloomberg

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