Según los bomberos, la ventana del baño, situada a poco más de 1,5 metros del suelo, no era la única mampara protectora de la propiedad. A diferencia de otros departamentos de la misma torre, las ventanas no tenían restricciones de apertura, dispositivo que limitaba la apertura a un máximo de 10 cm. Sin este equipamiento, el espacio permite el paso de un niño que cae desde una altura de 35 metros.


















