Ciudad del Vaticano – El Papa León XIV dijo a los nuevos embajadores ante la Santa Sede el 6 de diciembre que el Vaticano no sería un “espectador silencioso” de los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo.
Los comentarios se encuentran entre los más reveladores que hasta ahora han revelado la visión del Papa estadounidense, quien fue elegido líder de los católicos mundiales en mayo tras la muerte del Papa Francisco.
“Quiero reafirmar que la Santa Sede no será un espectador silencioso ante las graves desigualdades, injusticias y violaciones de los derechos humanos fundamentales en nuestra comunidad mundial, que está cada vez más fracturada y propensa a los conflictos”.
La Santa Sede es el órgano rector de la Iglesia encabezado por el Papa, que tiene autoridad espiritual sobre 1.400 millones de católicos.
La diplomacia de la Santa Sede, afirmó el pontífice, está “consecuentemente dirigida al bienestar de la humanidad, especialmente apelando a la conciencia y atenta a la voz de los pobres, en situaciones vulnerables o marginados de la sociedad”.
Al centrarse en la desigualdad, el Papa León se basa en las prioridades de su predecesor Francisco, quien defendió los derechos de los inmigrantes y otras poblaciones vulnerables durante su pontificado.
Leo, que pasó casi 20 años como misionero en Perú, se pronunció en contra del trato dado a los inmigrantes en Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump.
Noviembre lo calificó de “altamente irrespetuoso”.
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Los nuevos embajadores de Uzbekistán, Moldavia, Bahréin, Sri Lanka, Pakistán, Liberia, Tailandia, Lesotho, Sudáfrica, Fiji, Micronesia, Letonia y Finlandia fueron reconocidos el 6 de diciembre y recibidos con una audiencia en el Vaticano. AFP


















