Seleccionar la paleta ideal implica tres pilares: estilo, funcionalidad y clima. Para las zonas interiores, los tonos neutros contemporáneos como el arena, el cálido blanquecino, el crema y el gris claro siguen estando de moda, creando una base equilibrada y acogedora. Para quienes buscan impacto visual, los azules frescos, los verdes suaves y los rosas terrosos aportan identidad sin apelmazar. En zonas exteriores conviene elegir pinturas que sean resistentes al sol y a la humedad, asegurando su durabilidad incluso en los días más calurosos.

















