PARÍS, 9 de diciembre – El presupuesto de seguridad social de Francia se enfrenta el martes a una votación reñida que podría provocar una nueva crisis política y dejar un agujero de 30.000 millones de euros (35.000 millones de dólares) en la financiación de la atención sanitaria, las pensiones y la asistencia social.
El primer ministro Sebastien Lecornu carece de mayoría en el parlamento y su lucha por ganar el apoyo socialista (incluida la suspensión de la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron) ha alejado a sus aliados centristas y conservadores, dejando incierto el destino del proyecto de ley.
Los legisladores de la Cámara Baja comenzaron a revisar el proyecto de ley después de las 16.00 horas (15.00 GMT) del martes, días después de aprobar brevemente el aspecto fiscal de la ley.
El líder socialista Olivier Faure dijo el lunes que su partido podría apoyar el proyecto de ley obteniendo concesiones -incluido el aplazamiento de la histórica reforma de las pensiones de 2023 de Macron- hasta después de las elecciones presidenciales de 2027.
Pero se espera que la extrema derecha y la extrema izquierda voten en contra, mientras que los aliados del gobierno como el centrista Horizon y los republicanos conservadores probablemente voten “no”. Dicen que Lecorne ha dado demasiado margen para apaciguar a los socialistas reformando las pensiones y aumentando los impuestos.
La seguridad social representa más del 40% del gasto total del sector público de Francia, y cubre asistencia social, atención sanitaria y pensiones.
Lecornu, un leal a Macron, advirtió la semana pasada que el rechazo crearía un déficit de hasta 30.000 millones de euros (35.000 millones de dólares), casi el doble de los 17.000 millones de euros del proyecto de ley original. Eso pondría en peligro todo el presupuesto del sector público hasta 2025 y se quedaría sin tiempo para aprobarlo antes de fin de año, lo que podría obligarlo a buscar una legislación provisional.
El gobierno pretende mantener el déficit presupuestario de Francia -que ya es uno de los mayores de la zona euro- por debajo del 5% del PIB el próximo año. Pero hay poco margen de maniobra en un parlamento fragmentado donde ningún partido tiene mayoría.
La batalla presupuestaria se ha intensificado desde que Macron perdió la mayoría en unas elecciones anticipadas el año pasado, provocando una inestabilidad que ha derribado a tres gobiernos. Una pelea por el presupuesto del año pasado derrocó al gabinete de Michel Bernier en un voto de censura. Reuters


















