Tegucigalpa, 9 de diciembre – El candidato presidencial conservador de Honduras, Nasri Asfura, superó a su rival centrista Salvador Nasrallah por sólo 40.000 votos el martes, mientras los recuentos preliminares para las elecciones del mes pasado estaban a punto de completarse en medio de acusaciones de irregularidades y fraude por todas partes.

Asfura, exalcalde de Tegucigalpa, de 67 años y abierto partidario del presidente estadounidense Donald Trump, obtuvo el 40,52% de los votos, con el 99,40% de las actas procesadas, según los resultados oficiales. Nasrallah, un presentador de televisión de 72 años que se postula por el Partido Liberal, obtuvo el 39,20%. En un distante tercer lugar quedó el actual candidato del partido LIBRE, Rixi Moncada, ex ministro de izquierda, con un 19,29%.

Alrededor del 14,5% de las actas mostraron discrepancias y serán revisadas en un recuento especial que probablemente comenzará en las próximas horas, al que asistirán representantes de los partidos, autoridades electorales y observadores independientes.

Estas hojas en disputa podrían contener decenas de miles de votos, suficientes para revertir las tendencias actuales, prolongando la incertidumbre en el empobrecido país centroamericano.

Los resultados seguirán siendo preliminares hasta que se complete la revisión. El Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene hasta el 30 de diciembre para anunciar un ganador, que asumirá en enero para el mandato 2026-2030.

Los dos principales candidatos reclamaron la victoria basándose en sus propios votos. Nasrallah ha alegado irregularidades en el recuento, mientras que el partido gobernante LIBRE ha convocado protestas y la anulación de todo el proceso por un presunto “golpe electoral” instigado por Trump y sus aliados.

El martes, las calles de Tegucigalpa y otras ciudades permanecían en calma, aunque muchos recordaron las elecciones de 2017, cuando unas 30 personas murieron en protestas masivas después de que el entonces presidente Juan Orlando Hernández ganara la reelección en una votación ampliamente condenada como fraudulenta.

Según observadores independientes, la votación del 30 de noviembre se desarrolló de forma pacífica. Pero la publicación de los resultados ha sido caótica, y los retrasos han alimentado la frustración por las carreras reñidas. Los funcionarios electorales culparon a la empresa detrás de la plataforma de tabulación por el lento conteo.

El gobierno estadounidense dijo que estaba siguiendo de cerca el proceso y advirtió que estaba listo para responder “rápida y decisivamente” a cualquier irregularidad. Días antes de la votación, Trump llamó a los hondureños a apoyar a Asfura, criticó a sus rivales y dijo que perdonaría a Hernández, quien cumple una condena de 45 años por narcotráfico.

En el período previo a las elecciones, en las que también se eligieron 128 miembros del Congreso unicameral y miles de otros funcionarios, tanto el partido gobernante como la oposición recibieron acusaciones de fraude y ofrecieron pocos planes concretos para abordar los problemas más profundos de Honduras: el narcotráfico, la corrupción y la pobreza, que afecta a seis de cada 10 hondureños. Reuters

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