WASHINGTON – Estamos a principios de noviembre y el mercado de valores retumbó a medida que los inversores renovaron su interés en las grandes apuestas que las empresas tecnológicas más grandes del país estaban haciendo en inteligencia artificial.
Pero el carácter escocés que se manifestó en Wall Street ese día apenas se registró en la Casa Blanca. Cuando se le preguntó si albergaba algún temor sobre una burbuja floreciente que podría dañar la economía si estallaba, el presidente Donald Trump descartó todas las dudas.


















