Tenemos que acostumbrarnos al nuevo tono de la Fórmula 1. Quien pida igualdad total ya la tiene: cuatro coches luchando por la pole en un circuito tan específico y poco convencional como Bakú. Deslizante, con un tramo de curvas de 90 grados, otro giro es extremo y el tercer llano es el más largo del calendario. Además, este sábado la temperatura bajó un poco y el cielo estuvo nublado con lluvias por momentos. En ese contexto, Russell lideró la última sesión de entrenamientos por delante de Leclerc (0,013), Norris (0,223) y Piastre (0,235). Verstappen no se queda atrás (0,348). Mercedes, Ferrari, McLaren y Red Bull también luchan por las mismas posiciones. Aunque Leclerc es el favorito este sábado tras lograr cuatro poles en los últimos tres años, incluida el sprint, esto no será un camino de nadie.
Carlos Sainz es sexto (0,454) con algunos miedos e inhibiciones como todos. Las tensiones en la capital de Azerbaiyán convertirán el primer trimestre en un festival de tráfico y banderas amarillas. Los agujeros abiertos te invitan a levantarte y girar antes de equivocarte contra las paredes. Bearman hizo precisamente eso y chocó contra Haas en la primera parada. Una vez que se da cuenta de que no puede dar un giro debido a pura indecisión. Parece que todos los debutantes en esta F1 son increíbles, pero no todos hacen el mismo trabajo. Colapinto se cayó el viernes, pero este sábado acabó noveno, a media décima de Alban con un Williams a su altura. No todos estos son puntos negativos para el próximo coche de Sains.
Alonso fue undécimo (0.960), justo detrás de Hamilton. Hubo constantes banderas amarillas durante toda la sesión, lo que dificultó encontrar espacio para hacer una vuelta limpia. No había coches grandes detrás, por lo que el panorama era más o menos auténtico: dos Williams se deslizaron por delante del Aston Martin y eso no es de extrañar en este tipo de circuito. Fernando ya lo dijo en Monza: nada cambia sin mejoras.