En conclusión, la recuperación judicial es más que un proceso legal: es un plan de reestructuración empresarial. Por tanto, aplicado con estrategia y visión estratégica, permite a las empresas en crisis recuperar su competitividad y restablecer su credibilidad en el mercado. Dicho esto, con una planificación estratégica y lineamientos específicos, la organización entiende que la recuperación es una tarea de gestión, planificación y responsabilidad, y no de desesperación.