singapur – Confesión: Uno de mis mayores errores como padre, y que cometo una y otra vez, fue esperar que mi hija, JJ, fuera una niña razonable y elocuente a los ocho años.

Cada vez que sus acciones (o inacciones) no superan alguna prueba de lógica, rápidamente paso de ser un papá severo, agudo e increíblemente corpulento a un cascarrabias intratable.

Source link

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here