LA HABANA – El fiscal general de Cuba acusó el viernes al ex ministro de Economía Alejandro Gil y a personas no identificadas de delitos que van desde espionaje hasta soborno, en uno de los mayores escándalos de corrupción pública en décadas.
Despedido por el presidente Miguel Díaz-Canel en febrero de 2024, Gil nunca fue visto ni oído de él en público. La conspiración molestó a los más altos rangos del gobernante Partido Comunista de Cuba y su habitual política hermética.
El viernes, la oficina del fiscal general de Cuba publicó una larga lista de cargos que, según dijo, eran el resultado de una investigación de casi dos años.
“Se buscaba responsabilidad por delitos de espionaje, actos o acuerdos lesivos de la actividad económica, malversación, cohecho”, dijo el fiscal general en un breve comunicado.
Otros cargos enumerados incluyeron falsificación de documentos públicos, evasión fiscal, tráfico de influencias, lavado de dinero, violación de las normas sobre documentos clasificados y robo y daño de documentos u otros objetos bajo custodia oficial.
El fiscal principal no dijo cuántos otros acusados, ni los identificó, ni dio una fecha del juicio ni dio más detalles sobre los cargos.
El Código Penal cubano castiga el espionaje desde 10 años de prisión hasta la muerte.
Reuters no pudo contactar a Gill ni a su abogado para hacer comentarios.
Gil, alguna vez un confidente cercano de Díaz-Canel, lideró una importante reforma fiscal en Cuba en 2021 que fue considerada en gran medida desastrosa para la economía.
En el momento de su destitución, el comunicado del gobierno afirmaba que el ex Ministro de Economía había sido acusado de “faltas graves”.
Gill también respaldó un plan impopular para aumentar los precios de muchos servicios subsidiados por el gobierno, desde la gasolina hasta la electricidad, para alimentar la tensión en las calles.
Gill no ha respondido públicamente a ninguna de las acusaciones en su contra.
El caso es uno de los escándalos de corrupción de más alto perfil que ha sacudido la política cubana desde 1989, cuando el general Arnaldo Ochoa, héroe de la revolución de Fidel Castro de 1959, fue juzgado y ejecutado por un pelotón de fusilamiento por contrabando de drogas.
En un comunicado el viernes, la oficina del fiscal general dijo que los acusados enfrentarían el debido proceso bajo la ley cubana. Reuters


















