Las cifras muestran que la eliminación irregular de la cubierta vegetal nativa ha aumentado significativamente desde 2019. Ese año, la tasa de deforestación fue de 0,51 ha. En 2022, el valor saltó a 14,97 hectáreas. En 2025, incluso antes de fin de año, el total alcanzará ya las 5,09 hectáreas, el segundo peor resultado en siete años.
            

















