MOSCÚ – Moscú, que ha consumido cafeína durante décadas, puede estar redescubriendo el sabor del té, ya que algunos evitan el café como introducción occidental y adoptan la bebida más tradicional.

Andrei Kolbasinov, fundador de la cadena de casas de té retro-chic Nitka, que significa “hilo” en ruso, dice que su negocio está tratando de revivir la cultura perdida del consumo de té en Rusia.

“Estamos tratando de revivir las modernas casas de té rusas”, afirmó. “Antes de la revolución (de 1917), había muchos de ellos en Rusia, especialmente en Moscú. Desafortunadamente, todos desaparecieron durante el período soviético”, dijo Kolbasinov.

“Hace cinco años sólo había cafeterías por todas partes. Intentamos imaginar cómo habrían sido las casas de té si existieran”, dijo.

Su empresa gestiona tres casas de té en Moscú y dos más en otras ciudades.

Aunque los rusos se encuentran entre los mayores consumidores de té del mundo, en su mayoría lo preparan en casa, y suelen acompañar su infusión con mermelada, limón y dulces.

Como en el resto de Europa, los habitantes de las ciudades ocupadas son más propensos a tomar café mientras viajan que a optar por una taza de té.

Pero el enfrentamiento del país con Occidente por el conflicto en Ucrania, incluso una simple tienda de té, refleja cómo ha cambiado el país en los últimos tres años y medio.

Kirill, cliente de Nitka, que no dio su apellido, dijo: “El té es… bueno, supongo que es más ruso. Tiene la calidez y la comodidad del hogar”.

Kolbasinov dijo que la creciente popularidad de sus casas de té representaba “un punto de inflexión interno”, a medida que Rusia redescubría su propia herencia cultural.

Aunque una parte del té de Nitka se produce en Rusia, las sanciones occidentales contra Rusia han complicado las importaciones de té del país, dijo Kolbasinov.

Parte del té de Nitka, por ejemplo, proviene de Nepal, pero las sanciones han interferido con la compleja cadena de suministro que une a Rusia con esta nación sin salida al mar del sur de Asia.

Mucho más té proviene de China, vecino y aliado de Rusia, y de Georgia, donde se cultivaba la mayor parte del té de la Unión Soviética antes de 1991. Ninguno de los dos países ha impuesto sanciones a Rusia y ambos han profundizado los vínculos económicos con Moscú desde 2022.

Source link

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here