TÚNEZ – Cientos de tunecinos marcharon por la capital, Túnez, el 25 de octubre para protestar por una grave crisis ambiental causada por la contaminación de una planta química estatal en Gabes, mientras las protestas que comenzaron allí se extendieron más allá de la ciudad del sur.
La protesta es la última de una serie de protestas que han puesto de relieve la creciente frustración pública por la gestión gubernamental de la contaminación y el deterioro de los servicios públicos, lo que supone el mayor desafío al presidente Qais Said desde que asumió el poder en 2021.
Los residentes de Gabs han informado de tasas crecientes de enfermedades respiratorias, osteoporosis y cáncer, que atribuyen a los gases tóxicos de la planta de fosfato del grupo estatal Chemical, que vierte miles de toneladas de desechos al mar todos los días.
La última ola de protestas comenzó en Gabes este mes después de que decenas de escolares sufrieran problemas respiratorios causados por los vapores tóxicos de una planta que convierte los fosfatos en ácido fosfórico y fertilizantes.
Los manifestantes en Túnez portaban pancartas y coreaban consignas de solidaridad con los residentes de Gabes, calificando la respuesta de las autoridades de “represiva”.
El gobierno dijo que había arrestado a personas por violencia.
“Es muy simple, la gente en Gabes quiere respirar”, dijo a Reuters Hani Farage, un manifestante de la campaña “Stop the Pollution”.
“Gabs está muriendo lentamente… No permaneceremos en silencio. Incrementaremos nuestra protesta pacífica”.
La administración de Said teme que las protestas en la capital puedan provocar disturbios en otras partes de Túnez, profundizando las tensiones mientras lucha contra una recesión económica prolongada y la inestabilidad política.
Residuos de plantas químicas en el Mediterráneo en Gabes, sureste de Túnez, el 17 de octubre.
Foto: EPA
Said describió la situación en Gabès como un “asesinato medioambiental”, culpando a las decisiones políticas criminales del gobierno anterior.
En un intento por sofocar las protestas, pidió como medida inmediata reparaciones en las unidades industriales para detener las fugas.
El ministro de Salud, Mustafa Farzani, dijo esta semana que el gobierno construiría un hospital oncológico en Gabes para hacer frente al creciente número de casos.
Los niños juegan en la playa con el complejo de fosfato del Grupo Químico Tunecino visible al fondo en Gabes, Túnez.
Foto: Reuters
Sin embargo, los manifestantes rechazaron las enmiendas por considerarlas temporales y exigieron el cierre permanente y la reubicación de las instalaciones contaminantes.
Grupos ecologistas han advertido que cada día se vierten al mar toneladas de residuos industriales en Chatt-e-Salam, lo que daña gravemente la vida marina.
Los pescadores locales han informado de una fuerte disminución de las poblaciones de peces durante la última década, lo que amenaza una importante fuente de ingresos para muchos en la región. Reuters


















