Tras ser sentenciado en Boa Vista, la defensa pidió al tribunal que permitiera a Porcellana cumplir su condena en Manaos. La principal denuncia fue que tiene vínculos familiares en la ciudad, incluidas sus dos hijas pequeñas, de 7 y 4 años, que dependen de él “para su sustento y desarrollo”. La solicitud fue aceptada y fue trasladado a la capital de Amazonas en abril de este año.


















