Por eso, se elaboró un contrainforme independiente, elaborado por uno de los más famosos peritos de Santa Catarina, que identificó errores técnicos e inconsistencias en el informe oficial, que demostraba que el paciente tenía un factor genético preexistente, que, durante la cirugía, se convirtió en una enfermedad sintomática, debido al mal tratamiento del médico responsable de las complicaciones.


















