Los bailes de Recife mantienen viva la historia cultural de la ciudad. En salas iluminadas con luces de colores y sonidos orquestales, Recife todavía tiene lugares donde el tiempo parece detenerse. Son los bailes que realizan los clubes tradicionales de la ciudad, como el Clube Das Pas, el Clube Lenhadores y el Clube Bella Vista, que mantienen viva la cultura de la danza y la convivencia comunitaria. Entre ritmos exóticos y vestuarios cuidadosamente seleccionados, estos espacios reúnen a personas de diferentes edades, unidas por la música y la danza. Incluso con los cambios en el ocio urbano, los bailes siguen siendo un paraíso para los recuerdos y las celebraciones. ✅ Recibe noticias de g1 PE en WhatsApp Con su propia dinámica, los espacios aún tienen reglas que pueden sonar extrañas para quienes están acostumbrados a las discotecas modernas: no beber en la pista de baile; Si tienes que bailar tanto con tu pareja, cruza la habitación; Y “Fierce Affection”, justo afuera de la puerta. Además de ser espacios culturales, los clubes siguen siendo una poderosa herramienta de ocio y socialización, especialmente para las visitantes femeninas. En un mundo que ha cambiado, hoy las bailarinas profesionales son mujeres que ya no necesitan parejas fijas para divertirse y reinventar la vida a cualquier edad. Vea a continuación las historias y dinámicas de estos lugares: Clube das Pás Clube Lenhadores Clube Bela Vista Legado del Pás Clube das Pás en la Zona Norte de Recife, Recife Iris Costa/g1 es una de las asociaciones más antiguas del barrio de Campo Grande, en el Club de la Zona Norte de Recife, Zona Norte de Jewelstand. Historia Fundada hace 137 años, en marzo de 1888, sus orígenes comenzaron con los carboneros que, después de abastecer de combustible a un barco inglés, celebraban la victoria con el “Bloco das pas de Carvao” en el carnaval local. La asociación es más antigua que Fravo, que tiene 118 años y es uno de los símbolos de la vida cultural de Recife. En 2023, se convirtió en Patrimonio Cultural Inmaterial de Recife. Hay orquestas en vivo y bailes casi todos los fines de semana con temas que varían desde románticos hasta festivos. Vestimenta pública según la ocasión: en el Baile das Rosas, por ejemplo, predominan los estampados florales y la vestimenta formal; Gypsy dice que las faldas amplias, los pañuelos y los complementos brillan. Álvaro Mello, director de promociones y eventos del club, explicó que el éxito de las fiestas radica en la combinación de tradición y hospitalidad. “Porque Pás tiene seguidores fieles, pero siempre viene gente nueva. Mucha gente se va por curiosidad y acaba volviendo”, afirma. Siempre vestidas de negro, con vestidos formales, tirantes y zapatos finos, las bailarinas profesionales ayudan a mantener ocupada la pista de baile. La presencia sonriente de los chicos que componen el grupo “Pés de Valsa” representa mucho más que la simple diversión de bailar. Es un símbolo de empoderamiento femenino para las mujeres que frecuentan el espacio. “Hay muchas mujeres que vienen solas y a veces el número de hombres, señores, es menor. Entonces él va a la taquilla, compra su entrada, que cuesta 10 reis, y tiene derecho a tres bailes. Y elige lo que quiere bailar en cualquier ritmo”, explica Álvaro Mello. Leda Mello es una de estas mujeres. A sus 75 años, 30 de ellos dedicados al baile, mantiene una rutina saludable con bailarines en el club todos los fines de semana. Para él, la aparición del “Pie de Vals” representa la libertad. “Hoy la mujer elige a quién. Antes había que esperar a que un caballero te invitara a bailar, pero ahora no, la mujer también es fuerte, elige. ‘Quiero bailar contigo. Contigo, no’, y va al salón con él. ¿Hay algo mejor que eso?”, bromeó. Un “Pie de Vals” Jefferson Silva, 27 años. Trabaja como gerente en una carnicería y trabaja como bailarín profesional los fines de semana. Fue a clubes con su madre durante 20 años, aprendió a bailar y convirtió el pasatiempo en un ingreso extra. “Normalmente vengo directamente del trabajo. Tomo mi ropa, me ducho, plancho mi ropa allí y luego voy para aquí. (…) Es algo liberador, nos gusta. A veces tenemos muchas cosas en la cabeza y cuando llegamos aquí a la pista de baile, nos olvidamos de nuestros problemas diarios. La mayoría de la gente aquí ya ha pasado por algunas dificultades en la vida y viene aquí para relajarse y bailar, dice el jubilado Jeffon. Nice Pereira, de 81 años, es otro de los que no se pierde ningún fin de semana. Siempre cubierta Luciendo sus mejores perfumes y elegantes complementos, es en el Club Das Pas donde celebra sus ganas de vivir. “Vengo aquí desde hace unos cinco años. Me encantan todos los ritmos, bolero, farro… ¡guau! La gente viene, viene y nos saluda en la mesa. Cuando llegas es muy lindo, ser besado, abrazado, es muy bueno”, afirmó. Imagen de archivo de Leñadores muestra la pista de baile de Lenhadores en el club patrimonial, Recife Reproducción/TV Globo En la región occidental de Mustardinha, el Club Carnavalesco Misto Lenhadores ocupa un lugar único en la cartografía de los clubes de Recife: nació de un partido político y de un partido político. de Recife como símbolo de la resistencia negra en la región occidental. Hoy, el sitio es patrimonio cultural inmaterial de la ciudad. Los orígenes de los Leñadores están ligados a la división interna del Clube Das Pass a finales del siglo XIX. “Comenzó en la Rua da Gloria en Boa Vista y luego pasó a Mustardinha. Hace 128 años, unos leñadores compraron el terreno y empezaron a construir el club. El motivo de este desacuerdo fue porque el Klube Das Pas quería una mujer como candidata a la presidencia del club y ellos (los leñadores) no lo aceptaron”, explicó María Siletaza, directora de publicidad del club. A pesar de las grietas problemáticas en la resistencia a la promoción de personajes femeninos, el Club de Leñadores fue una realidad al crear una fiesta de gala dirigida a una comunidad negra donde la abolición de la esclavitud tuvo lugar hace menos de 30 años: en Matiné blanco. La matiné nació en un contexto de exclusión racial, cuando a los negros se les prohibía sistemáticamente asistir a fiestas blancas, y se formó como una respuesta estética y política: ropa blanca, adornos plateados, estrictos códigos de vestimenta y una coreografía social que transformó la asistencia en una demanda pública. Hoy en día, el evento conserva elementos de sus orígenes: hombres vestidos con trajes blancos con corbatas negras, faldas por debajo de la rodilla o vestidos largos, joyas de plata y un conjunto que favorece el blanco y el plateado. Más que una prenda, la codificación visual sirve como una memoria colectiva, una forma de mostrar que un espacio que alguna vez fue negado se ha convertido, a través de la perseverancia, en un lugar de orgullo. “La fiesta es hermosa, la gente se pasa todo el año esperando. No me pierdo una sesión matinal blanca, es lo más bonito del mundo. Lo considero un partido político, fue un movimiento político para atraer la atención de los blancos ricos”, declaró el director del club. Paralelamente al ritual matinal, los Leñadores integraron una rutina festiva que abarcó toda la semana: “Reviving the past” el viernes, DJ night el sábado; y el ciclo “Good Age”, el domingo, que reunió a un público diverso a lo largo de la jornada. La programación fue cursi, boleros y contemporánea. Mezcla la música — una apuesta por la convivencia entre generaciones y el carácter híbrido del club. El ritmo cubano de la sede de Bella Vista en Bella Vista Club está en el barrio Agua Fría, al norte de Recife Iris Costa/G1. En el barrio de Agua Fría, en la zona norte de Recife, el Clube Bella Vista se erige como una fortaleza de música, cariño y tradición. El lugar, que ahora es un punto de turismo cultural. Como reconoce, nació simplemente, cuando un grupo de amigos decidió convertir un antiguo cine en un espacio de danza en los años 1970. Bella Vista nació como una extensión del barrio y creció con él. A principios de la década de 1990 surgió Noet Cubana, una fiesta inspirada en ritmos latinos que se convertiría en la marca registrada del club. En 2024, el evento Los Intangibles de Recife se convierten en patrimonio cultural. “Cubana surgió porque del estilo de música latina. Un grupo de amigos a los que les gustó y se juntaron para esta fiesta. Tuvo buena repercusión”, comentó el presidente del club, Joao Batista. La experiencia fue tan exitosa que el evento ganó nombre e identidad propios: Encuentro de Familias Cubanas. El grupo dio a conocer Bella Vista más allá del barrio, atrayendo diferentes públicos e incluso reconocimiento académico. “Recibimos un homenaje de la Universidad Federal de Pernambuco, recibimos un título, Gregorio por promover la cultura cubana. Trofeo Bejera”. “Cuando empezamos, las personas mayores eran los visitantes más frecuentes de Bella Vista para eventos como este. (…) Con el paso del tiempo y la publicidad, empezamos a mostrarle a la gente qué eran los bailes de salón. Vinieron jóvenes, les gustó y siempre traen a sus amigos para renovarlo”. El director resume el secreto de la longevidad: “Si no nos renovamos, se acaba”. Y en el salón de baile, el público aún conserva los rituales que marcan la estética del baile. “Hay gente que está en huelga, no se pierde el evento. (…) Son personas mayores, que visten ropa. Les gustan los zapatos bicolores, por ejemplo. Lo encontrarás en una Cubana, una pequeña toalla que se lleva al hombro. No lo sueltan, ya forma parte de su guardarropa”, explica Joao Batista. Detrás del éxito y del sonido de Cubana, un nombre lleva el peso de la identidad del grupo: Valdir Portugues, DJ del club desde 1992. A sus 81 años, sigue liderando la fiesta. Sin streaming ni pendrives, el DJ elige cada canción directamente de su colección de CD, sacando e insertando disco a disco. Sólo en el club, la colección 100 Hay más de mil pistas. “Aún recuerdo, el 12 de enero de 1992, cuando hice el primer programa, a tanta gente le pareció un galo da madrugada”, dijo. El éxito fue inmediato. “A la gente le encantó y pidió hacer otro espectáculo aquí. En aquel entonces, no era la audiencia de hoy, era otra generación. La primera generación procedía de zonas montañosas, propensas a inundaciones, frecuentadas por las clases más pobres. Hoy en día los extraño mucho”, comenta el DJ. A sus 81 años, el DJ Valdir Português es DJ del Bella Vista del club desde 1992. Iris Costa/g1 El DJ también ayudó a promover Cubana fuera de Recife, llevando el estilo de Bella Vista a otros públicos. “Toqué en muchos lugares. El único lugar donde pensé que tocaría y a la gente no le gustaría fue en São Paulo e hice Virada Cultural allí. Hice este programa y a todos les gustó”, recuerda. Además, menciona la colaboración con Roger de Reynor, figura esencial de la escena musical pernambucana y propietario del bar Soparia, una de las principales bases del movimiento Mangubeat. “Seguí su ejemplo, comencé a comprar una computadora, vi algunas cosas desconocidas. También me adapto a la tecnología”, dice. Además de ser un espacio de fiesta, Bella Vista representa un espacio de vida. En medio de la pista de baile es posible sentir que la danza todavía existe en la comunidad y es una forma de trascender las fronteras de América Latina. Video: Lo más visto en Pernambuco en los últimos 7 días

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