El primer ministro Mark Carney dijo el jueves que su gobierno no está considerando imponer más aranceles de represalia a los productos estadounidenses incluso mientras continúa la guerra comercial, ya que hay señales de que las conversaciones bilaterales sobre ayuda están avanzando en la dirección correcta.

Carney se enfrenta a la presión de algunos primeros ministros como Doug Ford de Ontario y de los sindicatos para luchar contra el presidente estadounidense Donald Trump mientras éste aumenta sus aranceles en sectores críticos, aranceles que han alejado empleos e inversiones de Canadá.

Sus comentarios se produjeron días después de que Stellantis anunciara que construiría su Jeep Compass en Illinois en lugar de la planta del fabricante de automóviles en Brampton, Ontario, una decisión que el primer ministro calificó como “una consecuencia directa” de la acción comercial de Estados Unidos.

Ford, que tiene previsto reunirse con Carney más tarde el jueves, dijo que su mensaje al primer ministro fue: “Si no podemos llegar a un acuerdo, comencemos a golpear duramente a Estados Unidos”.

“Somos amables, amables, amables. Juega bien en el arenero”, dijo Ford a los periodistas. “Estoy harto y cansado de estar sentado y dando vueltas. Tenemos que luchar”.

Pero Carney dijo que éste no es el momento, ya que funcionarios canadienses y estadounidenses están enfrascados en conversaciones.

“Hay un momento de contraatacar y un momento de hablar. Y ahora es el momento de hablar”, dijo Carney a los periodistas en un anuncio no relacionado sobre el crimen. “Estamos teniendo intensas discusiones”.

En cuanto a la planta inactiva de Brampton, una de las primeras víctimas canadienses importantes de la campaña de Trump para traer la fabricación de automóviles de regreso a los EE. UU., Carney dijo que habló con el director ejecutivo de Stellantis, Antonio Filosa, y expresó la “decepción” de Canadá de que el fabricante de automóviles esté trasladando parte de la producción de Ontario a Illinois.

Stellantis dijo el miércoles que eventualmente podría trasladar otro modelo a la planta de Brampton.

Carney dijo que Filosa le dijo que la decisión depende del resultado de la renegociación del Acuerdo Canadá-Estados Unidos-México (CUSMA) que comienza el próximo año, un proceso que probablemente incluirá una revisión material de los automóviles, dada la decisión de Trump de impulsar la producción de automóviles en Estados Unidos.

Mientras tanto, Carney dijo que algunos de los despidos podrían trasladarse a los trabajadores automotrices de Brampton en la planta de la compañía en Windsor, que está agregando un tercer turno para impulsar la producción de minivans Chrysler Pacifica, entre otros productos.

Carney dijo que el gobierno espera que las empresas brinden asistencia de reentrenamiento a los trabajadores afectados.

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