WASHINGTON – La administración del presidente Donald Trump está tomando medidas para enviar al extranjero a dos sobrevivientes del ataque del jueves a una isla caribeña en lugar de mantenerlos en detención militar a largo plazo, dijeron el sábado a Reuters cuatro funcionarios estadounidenses y una fuente familiarizada con el asunto.
Las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato como los funcionarios estadounidenses, dijeron que los sobrevivientes estaban siendo enviados a Colombia y Ecuador.
Un helicóptero rescató a los sobrevivientes el jueves después de que el ejército estadounidense atacara su barco semisumergido sospechoso de contrabando ilegal de drogas. El ataque mató a otros dos miembros de la tripulación a bordo, dijeron fuentes a Reuters el viernes.
El ejército estadounidense llevó a los supervivientes a un buque de guerra de la Armada estadounidense en el Caribe, donde permanecieron retenidos al menos hasta el viernes por la noche. No estaba claro si el sábado por la mañana ya habían abandonado el barco.
Los funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato, esperaban que los sobrevivientes eventualmente fueran enviados de regreso a sus países de origen.
La decisión de enviar a los sobrevivientes a casa significa que el ejército estadounidense no tiene que lidiar con los espinosos asuntos legales que rodean la detención militar de presuntos narcotraficantes, cuyos presuntos crímenes no caen claramente bajo las leyes de la guerra, dicen los expertos legales.
En un discurso el viernes, Trump dijo a los periodistas que el ataque fue “contra un submarino que transportaba drogas y que fue construido específicamente para transportar grandes cantidades de drogas”.
No comentó cuántas personas murieron o sobrevivieron en el ataque.
El Pentágono aún no ha publicado ningún detalle sobre el ataque y no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La administración Trump dijo que 27 personas habían muerto en ataques anteriores, lo que generó alarma entre algunos expertos legales y legisladores demócratas, que cuestionaron si seguían las leyes de la guerra.
El ataque se produce en medio de una concentración militar estadounidense en el Caribe que incluye destructores con misiles guiados, aviones de combate F-35, un submarino nuclear y alrededor de 6.500 soldados mientras Trump intensifica su enfrentamiento con el gobierno venezolano.
El miércoles, Trump reveló que había autorizado a la Agencia Central de Inteligencia a realizar operaciones encubiertas dentro de Venezuela, alimentando la especulación en Caracas de que Estados Unidos está tratando de derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro.
Maduro ha negado cualquier conexión con el narcotráfico y condenó los ataques a barcos estadounidenses como un pretexto para un cambio de régimen, presentándolos como una violación de la soberanía y el derecho internacional.
En una carta dirigida esta semana al Consejo de Seguridad de la ONU de 15 miembros, según encontró Reuters, el embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, pidió a la ONU que decidiera que el ataque estadounidense a su costa era ilegal y que emitiera una declaración apoyando la soberanía de Venezuela. Reuters