El trágico incendio en Wang Fook Court en Tai Po, Hong Kong, es un recordatorio aleccionador de lo rápido que pueden crecer los incendios en primera línea. Si bien las investigaciones están en curso, los informes iniciales sugieren que los andamios de bambú y las redes abiertas envueltas alrededor de los edificios contribuyeron significativamente a la rápida propagación vertical del incendio.

El uso de espuma para aislar las ventanas también hará que el fuego sea más intenso, provocando que se propague rápidamente hacia el interior y produciendo grandes cantidades de humo espeso y tóxico.

Aunque la madera o los andamios de madera fueron eliminados en Singapur a principios de los años 1980, el uso generalizado de redes de tela, lonas alquitranadas y láminas de lona en los lugares de trabajo locales sigue siendo un riesgo de incendio grave y subestimado.

Estos materiales son inflamables. Una vez encendidos por una chispa de soldadura, una falla eléctrica, brasas de cigarrillo u otra fuente de ignición, arden intensamente, se derriten y liberan un humo negro espeso y tóxico.

Cuando se envuelven verticalmente alrededor de un andamio, pueden crear un efecto similar a una chimenea que envía calor y llamas hacia arriba en cuestión de minutos.

La creciente práctica de utilizar láminas de lona como “silenciadores acústicos” aumenta la preocupación. Aunque pueden reducir un poco el ruido, no están diseñadas como barreras acústicas a prueba de incendios.

Su uso en fachadas de gran altura puede crear una falsa sensación de control del ruido y al mismo tiempo introducir importantes riesgos de incendio, especialmente cuando se instalan cerca de trabajos en caliente, cableado temporal o espacios confinados.

Por lo tanto, debería revisarse el uso de lonas y lonas no resistentes al fuego en edificios de gran altura. Existen opciones más seguras, que incluyen revestimientos frontales retardadores de llama certificados, barreras acústicas especialmente diseñadas y controles estrictos para operaciones de trabajo en caliente.

El trabajo temporal, a menudo considerado “menor” o “no estructural”, puede ser fatal si no se gestiona adecuadamente. Es esencial fortalecer las normas, los procesos de aprobación y la aplicación de estos instrumentos.

El incidente de Hong Kong debería servir como una oportuna llamada de atención para Singapur.

Salomón Tan Kia Tang

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