A mi hijo de 11 años le diagnosticaron dislexia. Después de su evaluación en la Asociación de Dislexia de Singapur (DAS), le entregaron lectores para los exámenes de matemáticas y ciencias. Sin embargo, para los idiomas (inglés y chino) solo le dieron tiempo extra.
La dislexia es una discapacidad basada en la lectura. Si bien la fluidez de decodificación de un niño le impide acceder al papel impreso, negarle a los lectores una prueba de idioma les impide demostrar verdaderos conocimientos y habilidades. El acceso está diseñado para nivelar el campo de juego.
Me gustaría hacer algunas aclaraciones.
¿Qué criterios objetivos se utilizan para decidir qué lectores (o tecnología de asistencia de texto a voz equivalente) están aprobados para las pruebas de idioma? Si un informe del DAS (o del MOE/psicólogo) recomienda un lector debido a graves dificultades de decodificación, ¿por qué se podría conceder la recomendación para una determinada materia pero no para artículos de lengua?
¿Considerarán las autoridades pertinentes publicar directrices claras sobre adaptaciones para trabajos de idiomas y un proceso de apelación transparente para los padres?
Al final del día, queremos que todos los niños disfruten del proceso de aprendizaje y no tengan dificultades debido a los desafíos de aprendizaje.
Lee Hong Cheng
















