En lo que respecta a los delincuentes sexuales, Ghislaine Maxwell está en la categoría de uno. Ascendido de una penitenciaría a un campo de prisioneros (el equivalente a pasar de un Travelodge a un hotel Trump), el cómplice de tráfico sexual del difunto Jeffrey Epstein parece estar consiguiendo lo que quiere.
Es posible que se produzca un cambio por parte de Trump. ¿Qué hizo Maxwell para merecer esto? La respuesta es una incógnita conocida. Maxwell dijo que nunca había visto a Trump en “un entorno inapropiado”. También sabemos que su administración lo está colmando de beneficios. No estoy seguro de por qué alguien vería esto como aceptable.


















