WASHINGTON – El Departamento del Interior de Estados Unidos dijo el 22 de diciembre que suspendió todos los arrendamientos de proyectos eólicos marinos debido a riesgos de seguridad nacional no especificados, generando nuevas dudas sobre el futuro de una industria odiada por el presidente Donald Trump.
El presidente republicano ha expresado durante mucho tiempo su oposición a las turbinas eólicas, en particular a su apariencia, y su administración ha realizado múltiples intentos para limitar su implementación en su segundo mandato.
El Departamento del Interior dijo que la medida, que detiene los arrendamientos “de manera efectiva e inmediata” para cinco proyectos en desarrollo en el Océano Atlántico, se produjo después de que el Pentágono identificara un “riesgo de seguridad nacional” en un informe “clasificado” recientemente completado.
La pausa dará tiempo a las agencias gubernamentales para “trabajar con los arrendatarios y socios estatales para evaluar el potencial de mitigar los riesgos de seguridad nacional que plantean estos proyectos”, dijo el Departamento del Interior en un comunicado.
Sin embargo, en una declaración a X, el Secretario del Interior, Doug Burgum, expresó algo más que preocupaciones de seguridad, calificando los proyectos como “parques eólicos marinos costosos, poco confiables y fuertemente subsidiados”.
“Un gasoducto proporciona energía como estos cinco proyectos”, escribió el exgobernador republicano.
Se esperaba que cinco proyectos paralizados por el Departamento del Interior proporcionaran energía a millones de hogares y negocios a lo largo de la costa atlántica, y varios de ellos se encuentran en etapas avanzadas de construcción.
Dominion Energy, que está detrás de un enorme parque eólico frente a la costa de Virginia, dijo que se le había ordenado suspender el trabajo durante 90 días.
El Proyecto Eólico Marino de la Costa de Virginia (CVOW) “ha estado en proceso durante más de diez años, implica una estrecha coordinación con el ejército y está ubicado… tan lejos de la costa que no genera preocupaciones de impacto visual”, dijo Dominion.
Un cronograma del estado del proyecto en el sitio web de CVOW indica que todos los cimientos de las turbinas eólicas estarán instalados para octubre de 2025.
Dominion advirtió que cerrar el proyecto “conduciría a una inflación de los precios de la energía y amenazaría miles de puestos de trabajo”.
Trump se ha quejado durante mucho tiempo de que los molinos de viento estropean la vista y son caros. Durante un viaje a un campo de golf del Reino Unido este verano, el presidente estadounidense instó a Gran Bretaña a dejar de subsidiar al “monstruo feo”.
Poco después de regresar al poder en enero, Trump tomó medidas para bloquear todos los nuevos permisos para parques eólicos en tierras y aguas federales.
La prohibición fue declarada ilegal por un juez este mes, pero la hostilidad de Trump hacia la industria ha puesto en duda su efectividad a largo plazo.
La administración de Trump también ha tomado medidas para bloquear todos los préstamos federales para energía eólica.
Otros proyectos a los que se dirige la orden del 22 de diciembre incluyen el Proyecto Vineyard Wind en Massachusetts, Revolution Wind en Rhode Island y los proyectos Sunrise y Empire en el área de Nueva York.
Si bien el Departamento del Interior no especificó qué riesgos se describieron en el informe clasificado del Pentágono, dijo que el Departamento de Energía había identificado previamente problemas con la interferencia del radar.
“No debemos arrodillar a la mayor fuente de energía renovable de Estados Unidos, especialmente cuando necesitamos más electricidad local y barata”, dijo en un comunicado el abogado principal del Fondo de Defensa Ambiental, Ted Kelly.
La gobernadora de Nueva York, Cathy Hochul, dijo en la X que estaba trabajando con otros estados afectados “para revisar todas las opciones disponibles para volver a encarrilar estos proyectos”.
El precio de las acciones de Dominion Energy cayó aproximadamente un 4,5 por ciento en las operaciones de la tarde en Wall Street, mientras que el gigante energético danés Orsted, detrás del proyecto Revolution Wind, cayó un 11 por ciento en Copenhague. AFP
