BUENOS AIRES – Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la semana pasada condicionó un considerable rescate financiero a Argentina a la victoria del presidente Javier Mille en las próximas elecciones de mitad de período, le dio a la oposición del país un nuevo grito de guerra.
En las redes sociales, #PatriaOColonia – patria o colonia – fue tendencia luego de los comentarios de Trump, que se produjeron durante una conferencia de prensa con Miles en la Casa Blanca. Jorge Taiana, exministro de Defensa y destacado candidato antiperonista en la provincia de Buenos Aires, exigió en X que Trump “¡deje de extorsionar al pueblo argentino!”.
Y afuera de un apartamento en Buenos Aires donde la poderosa líder de la oposición y ex presidenta Cristina Kirchner se encuentra bajo arresto domiciliario por corrupción, una gran multitud escuchó una grabación de audio explosiva en la que decía que “la economía de Argentina está siendo dirigida por control remoto por parte del Tesoro de Estados Unidos”.
El potencial rescate de Trump por 40.000 millones de dólares a Argentina, un país moroso en serie, incluye un swap de divisas firmado por 20.000 millones de dólares y posibles beneficios de 20.000 millones de dólares. Pablo Vomaro, director ejecutivo de CLACSO, un grupo de expertos con sede en Argentina, dijo en Miele que Trump obtiene un aliado conservador y leal en una América Latina a menudo hostil y acceso potencial a recursos naturales como el litio y un bloqueo a la creciente influencia china en la región.
Pero Trump ha amenazado con retirar el apoyo de Estados Unidos si el partido La Libertad Avanza de Miley tiene un desempeño inferior en las elecciones del domingo.
Cuando los periodistas le preguntaron a Trump después de la reunión en la Casa Blanca si el apoyo de Estados Unidos a Argentina dependía de una victoria a mitad de mandato, respondió que “si no es así, no estaremos aquí por mucho más tiempo”.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessant, dijo más tarde que el apoyo continuo de Estados Unidos dependía de una “buena política”, no necesariamente de los resultados de las encuestas, pero los comentarios de Trump sacudieron a los mercados y envalentonaron a los críticos.
La oposición peronista, el movimiento que ha dominado la política argentina durante más de medio siglo, caracterizó sus comentarios como una intromisión en los negocios del país, levantando sospechas en gran parte de América Latina sobre las agencias con sede en Estados Unidos, desde el Fondo Monetario Internacional hasta la Agencia Central de Inteligencia.
Muchos argentinos también desconfían de los peronistas después de décadas de agitación económica, y no está claro qué impacto tendrá la intervención de Trump en la votación del domingo.
Pero una encuesta de septiembre/octubre de la firma Juban Córdoba encontró que el 60% de los argentinos tiene una visión negativa de Trump. Y una encuesta de octubre realizada por la consultora Gentrix informó que el 58% de los argentinos apoyaban o se oponían a brindar ayuda financiera a Argentina.
Las elecciones determinarán si Miley será capaz de mantener profundas medidas de austeridad que han ayudado a Argentina a lograr un superávit presupuestario y que han sido bien recibidas por los inversores, pero que han desanimado cada vez más a los votantes, perjudicando el índice de aprobación de Miley. Su creciente popularidad ha alimentado una oposición que recientemente anuló su veto en el Congreso.
Lucia Vincent, politóloga de la Universidad Nacional de San Martín, dijo que no había precedentes de la amenaza de Trump de retirar el apoyo. “Para aquellos que están bien informados, creo que podría crear un fuerte retroceso”, dijo.
¿Un salvavidas para Argentina?
Miley, quien es famosa por empuñar una motosierra para dramatizar su entusiasmo por los recortes presupuestarios, ha buscado durante mucho tiempo alinearse estrechamente con Trump, quien la llama su “presidenta favorita”.
La Casa Blanca no dijo cómo Argentina pagaría a Estados Unidos por la línea de swap, y no está claro si el gobierno de Miley ya ha comenzado a aprovecharla para apuntalar su moneda.
En respuesta a las preocupaciones de que Argentina -que ya es el mayor deudor del FMI- podría terminar debiéndole más a Estados Unidos, el asesor económico de Mile, Ramiro Castineira, dijo que Argentina tal vez no necesite todo el apoyo propuesto.
Añadió que la ayuda calmaría el mercado y ayudaría a Argentina a pagar su deuda externa de alrededor de 280 mil millones de dólares.
Sin embargo, los repuntes del mercado han sido de corta duración después de cada anuncio de apoyo estadounidense, y las compras gubernamentales de pesos en el mercado abierto no han impedido que la moneda caiga a mínimos históricos.
Los partidarios de Miley han rechazado las acusaciones de interferencia inapropiada por parte de Trump.
“No estamos acostumbrados a que los líderes políticos del país sean tan directos y sinceros”, dijo Santiago Pauli, congresista del partido de Mile por la sureña provincia de Tierra del Fuego. “El gobierno de Estados Unidos no ha hecho ninguna exigencia. Sólo ha expresado su deseo de seguir apoyando a Miley y a Argentina”.
Joaquín Benegas Lynch, candidato al Senado del partido de Miley por la provincia de Entre Ríos, dijo que los argentinos saben que “la oposición representa el pasado”, admitiendo que no sabía cómo los comentarios de Trump afectarían a los votantes.
Reacción peronista
La oposición peronista de Argentina tiene una larga tradición de denunciar la supuesta interferencia estadounidense, desde la década de 1940, cuando el presidente populista Juan Perón acusó a un ex embajador estadounidense de intentar establecer un régimen títere estadounidense, hasta la década de 1990, cuando los peronistas criticaron la “relación carnal” con el entonces presidente Carlos Mannington.
“Hoy tenemos que elegir un camino entre Cristina y Trump”, dijo el líder juvenil peronista Manuel Valenti. “La elección es clara. Al pueblo argentino no le gusta inmiscuirse en nuestros asuntos internos”.
Afuera del departamento de Kirchner el viernes por la noche, sus seguidores vitorearon cuando salieron a su balcón, decorado con una gran bandera argentina.
“La sospecha es que están vendiendo parte del país”, dijo Fede Araneta, de 47 años, que trabaja en comunicaciones en la provincia de Buenos Aires y vio a Kirchner entre la multitud. “No sé si les estamos dando las Cataratas del Iguazú, las Islas Malvinas, el petróleo. No sabemos qué les estamos dando a cambio”. Reuters