Según su hija, Etevaldo luchaba contra la adicción al alcohol y las drogas. “Esta vida fue su elección. Yo estaba deprimido, sin dormir, con un sentimiento de arrepentimiento por la falta de noticias, la distancia. Siempre lo recibí cuando vino aquí. No teníamos cariño padre-hija, cariño, pero siempre lo tuve como padre”.