¿Cómo puede una elección legislativa en América del Sur llegar a ser tan relevante que el gobierno estadounidense intente influir en su resultado? La respuesta se encontró en Argentina. La votación del domingo (26/10), que renovará parte del Congreso argentino, ha adquirido una relevancia inusitada en los ámbitos político, económico y geopolítico. En otras palabras, los votos pueden definir más de la mitad de los escaños de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado en disputa. El presidente de Argentina, Javier Millei, un economista liberal alineado con el presidente estadounidense Donald Trump, dijo que el episodio fue la prueba más matizada de su gobierno en casi dos años. Pero la elección también podría ser importante para la oposición argentina y para la nueva alianza de Buenos Aires con Washington, como ha dicho el propio Trump. Entonces, ¿qué está en juego en última instancia para cada lado? Para Miles: una prueba delicada Hace unos meses, las elecciones legislativas le parecieron a Miley una oportunidad para consolidar su proyecto político y ampliar su apoyo en el Congreso donde no tiene mayoría (como la aprobación de cambios en la ley y algo importante para el veto presidencial). Su duro plan de ajuste está empezando a dar resultados: la inflación mensual ha caído del 25% cuando asumió el poder en diciembre de 2023, a alrededor del 2% actual; La tasa de pobreza cayó 10 puntos porcentuales durante el primer semestre de este año; En 2024, el país logró un superávit fiscal sin precedentes en más de una década. Este progreso, sin embargo, estuvo acompañado de grandes sacrificios a la población. Por ejemplo: el ingreso real promedio de muchos argentinos ha caído, desde funcionarios hasta jubilados; La tasa de pobreza todavía alcanzaba el 31,6%, o 14,5 millones de personas, a mediados de año, según datos oficiales. “Esta es una elección importante, porque lo que está en juego es la continuación de este esfuerzo, que es difícil, para estabilizar la economía o que Argentina regrese a un período de alta inflación”, dijo Sergio Berenstein, un analista político argentino, a BBC News Mundo (el servicio en español de la BBC). Paralelamente al ajuste impulsado por Miley, algunos escándalos golpean al presidente, que llegó al poder prometiendo acabar con la corrupción de la “casta” política. La propia Miley protagonizó un oscuro caso, ahora bajo investigación por un tribunal estadounidense, tras promocionar en febrero una criptomoneda que vio caer su valor en segundos. Carina Miley, hermana del presidente, secretaria general de la presidencia y una de las personas más influyentes del gobierno argentino, fue mencionada en un audio filtrado en agosto, que sugería que ella era parte de un presunto esquema de sobornos en la Agencia Nacional de la Discapacidad (Andes). Y el candidato del gobierno de Miley a diputado provincial de Buenos Aires, José Luis Espart, renunció este mes a su candidatura luego de que saliera a la luz su relación con un empresario acusado de narcotráfico en Estados Unidos. Si bien todos niegan haber actuado de manera errática, las encuestas también medirán el valor político de los casos y el apoyo público que aún tiene Miley. Su partido, La Libertad Avanza, sufrió su peor derrota electoral el mes pasado cuando perdió ante la oposición peronista en las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país. Esto provocó pánico en el mercado y llevó a muchos inversores a cambiar pesos por dólares como cobertura contra posibles pérdidas, generando volatilidad en el tipo de cambio. Uno de los puntos clave en la votación del próximo domingo es si Miley obtendrá el apoyo de un tercio de la Cámara de Diputados, margen necesario para mantener su veto a las leyes aprobadas y rechazadas por el presidente. “Si (Milei) no consigue ese tercio sola, puede conseguirlo negociando con aliados en el Congreso”, dijo Berenstain. “La gran pregunta es si estará dispuesto a moderar sus posiciones siempre agresivas y muy controvertidas en estos dos primeros años”. La capacidad del PRO para forjar acuerdos con el partido del expresidente Mauricio Macri y con otros sectores también será decisiva para la efectividad de las reformas laborales, tributarias y previsionales que Miley quiere implementar. Sin el apoyo necesario, debido a un desempeño electoral inferior al esperado o a una falta de compromiso político, es probable que los mercados vuelvan a reaccionar negativamente y el resto del mandato del presidente se vea comprometido. Para la oposición: disputa sobre la agenda En campos opuestos, la oposición argentina busca consolidar su influencia en la agenda nacional a través del Congreso el domingo. En los últimos meses, Miley se ha enfrentado a importantes derrotas legislativas debido a acuerdos específicos entre varios bloques, tras vetar leyes que consideraba contrarias a su plan de austeridad y debido a enfrentamientos tanto con el Congreso como con los gobernadores provinciales. Pero la oposición está lejos de formar un bloque único. Incluso dentro del peronismo, principal fuerza contra el gobierno, hay grupos que responden a varios líderes: la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (bajo arresto domiciliario tras ser condenada por corrupción), el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kissiloff (que ha adoptado un tono más moderado), y el ex ministro y ex candidato Sergio Massa. Por otro lado, en el centro político surgió un nuevo grupo llamado Provincias Unidas, que reunía a gobernadores de diferentes partidos. Estos líderes regionales, señala Berenstein, “tienen el potencial de desarrollar una alternativa electoral distinta que rompa un poco la polarización”. Así, las elecciones del domingo podrían servir como una manera para que la oposición comience a reorganizarse, con perfiles diferentes, con la vista puesta en la carrera presidencial de 2027. Para Trump: El destino del rescate Trump ha ordenado una ayuda financiera sin precedentes de Estados Unidos a Argentina para aliviar los crecientes problemas políticos y económicos de Milli, con quien mantiene una afinidad ideológica. Hasta ahora, la ayuda ha abierto una línea swap (acuerdo de cambio de moneda) de 20 mil millones de dólares (alrededor de 108 mil millones de reales) entre los dos países y ha destinado alrededor de mil millones de dólares (alrededor de 5,4 mil millones de reales) para comprar el peso argentino para evitar una mayor devaluación de la moneda. Trump también mencionó la posibilidad de importar carne argentina, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessant, anunció que quería crear 20 millones de dólares adicionales (unos 108 mil millones de reales) en fondos con bancos privados para invertir en el país sudamericano. Sin embargo, esa iniciativa aún no ha llegado a buen puerto. “No queremos otro Estado fallido en América Latina, y una Argentina fuerte y estable como buen vecino es claramente de interés estratégico para Estados Unidos”, dijo Besant en la Red Social X el martes (21/10). Con estas medidas, la administración Trump está tratando de revertir “la muy fuerte presencia de China” en América del Sur, dijo Mónica de Bolle, investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, con sede en Washington. “Argentina tiene intereses económicos, estratégicos y geopolíticos en Estados Unidos”, dijo de Boel a BBC News Mundo, citando como ejemplos sus reservas de importantes minerales como gas natural, litio y tierras raras. “Esta asistencia a Argentina permite a Estados Unidos negociar de manera más agresiva para hacer valer sus intereses en diversas áreas”, explicó. Sin embargo, el propio Trump ha advertido que la ayuda al país depende del desempeño electoral de Milli. “Si ella no gana, nos iremos”, declaró al recibir a Miley en la Casa Blanca este mes. El domingo (19/10), Trump defendió el acuerdo con Argentina, diciendo que el país está “luchando por su vida”. Como resultado, la presión sobre el tipo de cambio del dólar en Argentina continuó y el Tesoro aumentó sus compras de pesos para contenerla. Aún se desconoce cómo afectará todo esto al voto argentino. Trump, sin embargo, está generando críticas tanto de sus oponentes demócratas más cercanos como de los nacionalistas, quienes ven arriesgado apostar el dinero de los contribuyentes estadounidenses a su apoyo. De Bolle, del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo que el rescate prometido por el gobierno estadounidense no aborda el “problema fundamental” de la debilidad del sistema monetario de Argentina y la dependencia del país del dólar. “El riesgo para Estados Unidos es que en algún momento tendrán que decidir entre salir de Argentina o seguir enviando dinero sin saber cómo se les devolverá”, dijo de Bolle.

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