Un partido extraño en el Bernabéu, resuelto con calma y facilidad por el Madrid, se volvió al final atrevido y rebelde.Pasar del 3-0 al 3-2 provocó un frenesí en el estadio. Ancelotti remató a cinco defensas y la última jugada del partido fue un disparo cruzado desde el larguero que se fue por poco al palo izquierdo de Courtois. Al final, el Madrid salvó los puntos y se escapó sin ningún daño colateral que pudiera haber sufrido: Entric mereció una roja por darle un rodillazo a Mourinho en sus partes y Vinicius mereció una segunda amarilla por burlarse del cuarto árbitro. Para descuento.
Llama la atención que Ancelotti haya sacado todo lo mejor que tiene, sin concesiones a la rotación. Hay que entender por qué las cosas todavía van bien y faltan cinco días para el derbi. Y porque ya hemos visto lo que pasó cuando hizo cambios: el Alavés, por el contrario, se reforzó con su equipo y entró en la barba. Le dio un gran susto con dos goles chispeantes: primero Prodessoni con un disparo perfecto y luego Patada García que no vio resistencia por parte de un Vallejo inusitado.. Esos dos goles y el disparo al palo de Rebak (también hubo uno de Endrik) hicieron que el Alavés se mantuviera muy cerca.
La verdad es que el Madrid estuvo bien hasta el final. Marcó muy pronto, Mbappé marcó un gol bonito tras una gran jugada de Vinicius coronada por Lucas Vázquez, se combinaron bien en varias ocasiones, y Rodrigo marcó un golazo tras el descanso. Pero los cambios y la relajación general ponen en riesgo ambos puntos. A esto hay que sumarle que a Mbappé le preocupa tocarse el muslo, Vinicius está irreparable y Endric tiene la mecha corta. Muñiz Ruiz fue demasiado duro con Valverde en su primera tarjeta y luego bajó el listón, lo que hizo que ambos brasileños se perdieran el derbi del domingo.


















