Faris Couri

Por Faris Couri, editor del Servicio Árabe de la BBC

No es ningún secreto que los recientes levantamientos árabes han colocado una enorme carga sobre los hombros de los periodistas árabes de la BBC responsables de informar sobre las noticias de la región.

Cubrir el mundo árabe no siempre es una tarea fácil: debemos combinar una sensata cautela con una dosis de coraje al cubrir cuestiones políticas que atraen tantas opiniones controvertidas entre el público de habla árabe.

Nuestros principios rectores son los valores de la BBC, sus directrices editoriales, su código ético, que son nuestros puntos de referencia para mantener una información imparcial, equilibrada y precisa.

En todo el mundo árabe, ya sea Túnez, Yemen, Egipto o Libia, Bahréin, Siria e Irak o los muchos otros países de la región, sabemos que el público quiere tener acceso a noticias objetivas e independientes, alejadas de una agenda que favorezca a un partido, religión o secta en detrimento de otro. Por eso, el público está recurriendo a la BBC en árabe.

El año pasado, nuestras últimas cifras muestran que la audiencia general de la BBC en árabe aumentó más de un 17% hasta alcanzar un récord de 25,3 millones de adultos por semana. Esto incluye un gran aumento de 2,9 millones en Arabia Saudita y 2,7 ​​millones en Egipto, donde los televidentes en particular recurrieron a la BBC para entender mejor los acontecimientos que sucedían en su propio país. Nuestra audiencia de radio también se mantiene a pesar de las reducciones en la transmisión. Internet está demostrando ser un mayor desafío, pero estamos trabajando duro para comprender las necesidades de las audiencias digitales y de aquellos para quienes las redes sociales juegan un papel cada vez más importante en sus vidas.

En 2011, tras la caída del liderazgo de Mubarak, vimos cómo los egipcios comunes y corrientes llevaban carteles que decían “¡Gracias, BBC!”. Pero satisfacer las altas expectativas de la audiencia tiene un precio, y a veces ha sido muy alto.

En marzo de 2011, tuvimos un fuerte recordatorio de los riesgos que corre nuestro personal al cubrir las noticias: uno de nuestros reporteros fue arrestado y torturado por las fuerzas de Muammar Gaddafi durante el levantamiento en Libia. A principios de 2012, nuestro reportero en Yemen fue golpeado y recibió amenazas de muerte por parte de partidarios del presidente saliente.

También nos enfrentamos a quienes no están de acuerdo con nuestra cobertura. En países como Siria y Bahréin, la BBC en árabe ha sido acusada de parcialidad.

Las críticas proceden tanto de la oposición como del gobierno. Puede ser un argumento válido decir que recibir críticas de ambos lados, en el caso del mundo árabe sin duda, es un indicio de una cobertura equilibrada.

En Siria, por ejemplo, tuvimos una serie de documentales que analizaban la guerra civil desde distintas perspectivas.

El primero, que exploraba cómo es trabajar para un canal de televisión sirio que es portavoz del gobierno, fue blanco de críticas y amenazas por parte de sectores de la oposición siria. Le siguió un programa que relata un día en la vida de seis mujeres sirias, cinco de las cuales eran activistas antigubernamentales.

En nuestra cobertura diaria de noticias, presentar una variedad de voces de Siria es esencial para nosotros. Y eso es lo que distingue a la BBC en árabe de muchos medios de comunicación del mundo árabe que promueven puntos de vista y agendas políticas, y eso es lo que estamos decididos a mantener.

La BBC en árabe celebró su 75º aniversario en enero. Los políticos y ciudadanos árabes han expresado su aprecio por nuestra trayectoria de imparcialidad y fiabilidad informativa. Estoy seguro de que en los próximos años veremos más logros en todas nuestras plataformas: televisión, radio y en línea.

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