Algo está pasando aquí.- El Madrid tiene un problema futbolístico. y estado de ánimo. Los actuales campeones de Europa juegan con espíritu de funcionario (muy lejos del rock and roll que busca Ancelotti) sin dar la espalda a las defensas rivales. , sin mordida frontal, sin capacidad máxima de desequilibrio, sin alegría… Me quedaré con lo último. El Madrid era un equipo feliz en el campo hace un año, abrazado por las sonrisas y los goles épicos de Bellingham, que jugaba con espíritu guerrero y nunca perdía la esperanza de sacar adelante los partidos. Firmó una racha intachable de Champions (13 partidos invicto) hasta su 15ª victoria en Wembley. Ya sabía que estaban Kroos (donde jugó el arquitecto alemán, ahora ronda Tchoumeni…), Nacho (el jugador complutense brindó la protección que ni Milito ni Rúdiger han brindado esta temporada) y Joselu (debería ser el 15º titular). El naufragio del Lille se evitó en un apuro final de los últimos minutos). Pero los tres se fueron por decisión propia y por la puerta grande, y hay que reconstruir un equipo con grandes individualidades, pero que ha perdido el nirvana existencial, la alegría de jugar con un escudo magnífico como el Real Madrid. Sé que me desvío totalmente del análisis futbolístico, pero pido humildemente a los de Ancelotti que de ahora en adelante vuelvan a sonreír en el campo, se ayuden solidariamente y luchen por cada balón como si fuera el último partido de sus carreras. Vuelven a ser, brevemente, el Real Madrid que el año pasado enamoró al mundo entero del fútbol. Tienes que mirarte a los ojos y recuperarte. Nunca más sobre Lily…

Endrik, arranque.- El brasileño de 18 años finalmente se bautizó como titular y estuvo a punto de lucirlo con un golazo para la hemeroteca. Desde 40 metros se aferró a un balón en territorio francés y burló con potencia a sus rivales. Salió un poco cansado en el último disparo y su zurdazo lo rechazó Chevalley, que acabó siendo el héroe del Lille. Un equipo que dio mucha pelea y jugó con la intensidad que requería la cita, hasta ese penalti tonto (la volea de Kamawinga fue clara) que les dio la victoria. De vuelta en el banquillo durante meses, Lunin no pudo ser el héroe del Etihad esta vez desde los 11 metros.

Vaina final estéril.- El Madrid jugó ebrio hasta el minuto 85 y sólo el orgullo de la desesperación permitió a los blancos la opción de igualar la pelea en el último suspiro de dramatismo. Rudiger lo tuvo dos veces y, al fin y al cabo, Guler remató a placer de cabeza. En total, Lucas Chevalier estuvo sobresaliente. Mbappé no pudo aportar mucho. Un empate no habría sido justo. Si el competidor es mejor, se dan la mano y dan por hecho que imitarán a Valdebebas para salir de este movimiento negativo. Vence al Villarreal el sábado y vuelve a sonreír en el campo.

Fanáticos preocupados.- El pinchazo duele a los aficionados del Real Madrid como a mi amigo Adrien del club Villar del Olmo que viajó desde Olmeda de los Fuentes a Lille con Pedro. Nunca me he olvidado de mi hijo Marcos, jugador del Real Madrid, desde que vino a este mundo, hace hoy 22 años. Por sus ojos ha visto pasar seis Champions, más de las que ha conseguido el Barça en sus 125 años de historia. ¡Felicidades, campeón!

Source link